jueves, 27 de marzo de 2014

PSICOTERAPIA Y LA FAMILIA

 APOYO EMOCIONAL DE LA FAMILIA Y EL PROCESO PSICOTERAPEUTICO


Ricardo Carmen Manrique

Psicoterapeuta

ricardocarmen@hotmail.com

Al hablar de apoyo emocional nos referimos a entrar en contacto con las emociones básicas que nos definen como individuos y como miembros de la especie humana, es decir, a aquel tipo de relaciones más simples que se originan en el interior de las familias, grupos tribales o clanes y que deberían mantenerse o ampliarse en agrupaciones sociales más grandes o complejas.

Contrariamente a lo que debiera ser la evolución de nuestra especie, no se ha llegado a consolidar la base emocional del desarrollo de las relaciones humanas; en la mayoría de las sociedades modernas predominan la "monetarización" de las relaciones, metas y valores, la sobrepoblación, el sub empleo y la crisis de la familia como institución; hoy es común poner más atención a las necesidades creadas por el sistema socio económico que atender a las necesidades emocionales fundamentales.

Se ha deteriorado la habilidad de comunicarse emocionalmente de una manera efectiva al interior de la familia, se han desnaturalizado las maneras de relacionarnos, dando lugar a la angustia, el dolor y vacío existencial de uno o más miembros al interior de la familia.

Resulta conveniente entonces el revisar las bases emocionales de las relaciones y de la comunicación efectiva: Muchos han olvidado que las emociones están presentes desde el momento del nacimiento, incluso antes. No necesitan ser aprendidas y se hallan muy relacionadas a la supervivencia del individuo y la especie. Así encontramos como emociones básicas individuales al miedo, la ira, el impulso sexual y el gozo. También existirían ciertas necesidades emocionales colectivas vinculadas igualmente a la supervivencia, cuya satisfacción o insatisfacción provocaría respuestas emocionales primarias como el miedo u otras en las que se hallan presentes la experiencia y la interacción social como la ansiedad, las fobias o las somatizaciones. Entre estas necesidades están la de pertenencia o inclusión en una familia, grupo o clan, la de sentirnos protegidos, aceptados, la de alcanzar reconocimiento o prestigio, etc. Estas necesidades están presentes desde el nacimiento y de su satisfacción depende la supervivencia física del individuo en la primera etapa de su vida, manifestándose con mucha fuerza nuevamente en la adolescencia y en las etapas críticas del desarrollo del individuo.


Entonces cuando hablamos de dar apoyo emocional no se propone el aceptar la mala conducta, el sentir lástima o asumir una posición de superioridad. Sino el aceptar con un autentico respeto la humanidad de nuestro cliente, el acoger su Ser. Asi como con respeto por su búsqueda de la felicidad.

No puede existir apoyo emocional sin la auténtica aceptación de la persona.

La base de todo trabajo psicoterapéutico se inicia con la aceptación de la persona y con el respeto de la capacidad de decidir sobre su futuro. Se acepta al cliente, se le ayuda modificar aquellos aspectos de su proceder que se desea cambiar, se le orienta sobre las distintas opciones que tiene para elegir frente a una situación poco clara, se le acompaña en la revisión de sus experiencias y la forma de valorar las mismas, se le cuestiona en algunas oportunidades, pero se respetan sus decisiones siempre.

El apoyo y acompañamiento emocional son la base del trabajo psicoterapéutico.

Podría parecer relativamente fácil el dar apoyo emocional adecuado, pero en la realidad no lo es. Basta remitirnos a lo comentado por Albert Ellis en el reciente seminario que dictó en la Universidad de Lima, en él refirió que "el 70% de la población norteamericana tiene serios trastornos emocionales". Si bien la realidad de la familia en el Perú es diferente a la familia norteamericana y los niveles de desajuste emocional no son tan severos, igualmente constituye una imperiosa necesidad el poner mayor atención y cuidado a nuestra capacidad de reconocer y aceptar nuestras propias emociones, asi como a nuestra manera de manejar e interpretar nuestras respuestas emocionales. Lograr esta madurez emocional debería ser base de inicio de quien aspira a ser padre (madre) o a realizar el trabajo psicoterapéutico.

Es importante tener presente que nuestras emociones básicas nos acompañarán a lo largo de nuestra vida, algunas veces serán placenteras, otras serán realmente incómodas y es muy poco lo que podemos hacer para cambiar eso, pero sí podemos aprender a controlar la manera como expresamos nuestras emociones, podemos desarrollar nuestra capacidad de percibir y satisfacer las necesidades emocionales de quienes cuentan con nuestro apoyo.



Referencia tomada de:  http://www.angelfire.com/pe/actualidadpsi/apoyoemocional.html






No hay comentarios:

Publicar un comentario

TUS INQUIETUDES Y NECESIDADES CUENTAN PARA NOSOTROS